Nos educan para ser mediocres. De la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento

¿Qué es es la sociedad industrial? ¿Y la del conocimiento? ¿Qué diferencias exsiten? ¿Cómo es el sistema educativo actual? ¿Qué nos enseñan en el sistema educativo? ¿Cómo debe cambiar? ¿Cúales son las habilidades que necesitan los trabajadores del futuro?

Seguramente no te guste la afirmación del título: Nos educan para ser mediocres. Si no te guste la palabra mediocre ¿Qué tal: ser de la media?

Nuestros padres, profesores, tutores hacen todo lo posible cada día por educarnos, enseñar a las nuevas generaciones lo mejor que pueden. Sin embargo los resultados no siempre son lo que desean; la culpa no es de ellos, sino del sistema. Nos encontramos en un sistema educativo anclado en la antigua sociedad industrial, cuya finalidad era crear “obreros”.

En el nuevo paradigma de Industria 4.0 los empleados necesitan una serie de habilidades que, en general, no se suelen fomentar en el sistema educativo actual.

La sociedad industrial nació de la Revolución Francesa, de la revolución científica y de la revolución industrial. La era industrial está dando paso a otra era posmoderna, posindustrial. Hoy el problema es cómo se construye esta nueva sociedad ¿Qué condiciones humanas deben desarrollar quienes serán los ciudadanos de la sociedad de conocimiento?

No estamos en una era de cambio, sino en un cambio de era

Siempre hemos construido el modelo educativo tomando como referencia las necesidades de la sociedad. Con la llegada de las TIC (Tecnología de la Información y Comunicación) está cambiando el paradigma de producción.

Cuando nos daremos cuenta que hemos pasado de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento. Y no me refiero al conocimiento como saberes o datos acumulados en la «sesera». Por conocimiento me refiero al «saber hacer».

Sociedad Industrial vs Conocimiento

En cualquier sociedad los sistemas formativos adquieren un valor emergente y ahora más que nunca hay que tomar como referente el modelo de gestión de la calidad empresarial.

Este planteamiento generalizado de calidad responde a la necesidad que tienen los gobiernos de mejorar el rendimiento del sistema educativo y dar respuesta a las nuevas demandas de conocimiento por parte de la sociedad.

En la era industrial, las escuelas fueron diseñadas como motores económicos para abastecer de profesionales a una sociedad industrial, basada en la producción y el consumo masivo. En la era del conocimiento es necesaria fomentar la creatividad e innovación.

El sistema educativo de la sociedad industrial asumió los valores típicos de la organización industrial: la jerarquía, la planificación, el control y la estandarización.

En esencia, se formaban a la población para que hiciesen lo que se les mandaba. Pasaban varios años memorizando el mayor volumen posible de conocimientos para explotarlo después, a lo largo de su etapa profesional.

La sociedad del conocimiento

Un rasgo indudable de esta nueva era es la importancia que adquiere el saber científico tecnológico. El nuevo paradigma de Industria 4.0 viene como consecuencia de las ultimas tecnologías TIC.

El conocimiento es el valor más importante de esta era porque es intrinsecamente el más humano. Cultivar las habilidades cognitivas marcará esta nueva sociedad. Y no sólo porque todos tenemos la capacidad de aprender sino porque el conocimiento tiene virtudes democráticas.

A diferencia de las fuentes de poder tradicionales (la fuerza, el dinero, la tierra) el conocimiento es infinitamente ampliable. Su utilización no lo desgasta sino que, al contrario, puede producir más conocimiento. Un mismo conocimiento, puede ser utilizado por muchas personas y su producción exige creatividad, libertad de circulación, intercambios, críticas constructivas, diálogo. Todas ellas condiciones propias de una sociedad democrática.

Por lo tanto, la sociedad del conocimiento se perfila como una forma social superadora de la sociedad industrial, a condición de que el conocimiento (que es la base) sea un bien que está disponible para todos.

Mucho conocimiento al alcance de todos, distribuido de tal manera que garantice igualdad de oportunidades.

Sin caer en la trampa de la infoxicación. El término infoxicación para identificar las sobrecargas de información localizada en la red de Internet y transmitidas a un usuario.

Y la pregunta que sigue a todo esto es: ¿Cómo se logra?. A través de un sistema escolar que sea el encargado de garantizar el conocimiento de la población y, al cual, toda la sociedad le dé no solamente el mandato de hacerlo, sino también los recursos para lograrlas.

El sistema educativo en la sociedad del conocimiento.

  • No cabe duda que debemos tener una alfabetización básica, que es necesaria:
  • Leer
  • Escribir
  • Matemáticas básicas
  • Cultura general sobre la naturaleza, los animales, el mundo, el cuerpo humano.

Pero más allá de todo esto, admitamoslo, ¿cuántos de nosotros nos acordamos de todos los ríos y afluentes de España? ¿O fechas de acontecimientos históricos?. Y peor aún, ¿para que nos sirven realmente estas cosas a la hora de afrontar los problemas reales que tenemos en el día a día?.

No digo que no sea necesario mencionar estos datos en las escuelas, al fin y al cabo también es importante saber de dónde venimos. Pero más haya de eso ¿para qué perder horas memorizando datos que después de un examen se quedarán en el olvido?.

El mundo ha cambiado, se ha globalizado. Ya no debemos centrar nuestra mirada en nuestro entorno más cercano. Es necesario «echar un ojo» a lo que está haciendo el vecino «de la otra punta del mundo».

El conocimiento se ha democratizado y ya está al alcance de todos en Internet. Así que, ¿por qué seguir dándole tanta importancia a memorizar datos concretos? ¿Por qué no potenciar más la creatividad y el talento único de cada persona? ¿Por qué no potenciar cosas que solo podemos aportar los seres humanos y no una máquina o un ordenador?

No hace mucho escuchaba una analogía curiosa: «la mente humana es cómo el montón de ropa que de vez en cuando generamos en nuestras casas. Siempre recurrimos a las prendas que se encuentran en lo más alto, o aquellas que más nos gustan… mientras que las otras cada vez se encuentran más abajo en la pila de ropa«.

La fuerza de trabajo en la sociedad del conocimiento.

En España el desajuste entre las competencias demandas por las empresas y las ofrecidas por los trabajadores es alarmante. Y si tenemos en cuenta que la cuarta Revolución Industrial se viene gestando desde hace ya cierto tiempo, es aún más grave, ya que no se han puesto medios para remediarlo.

En la sociedad del conocimiento los trabajos más duros, también conocidos como los trabajos 3D (dirty, dangerous or difficult) serán realizados por máquinas.

Ahora es necesario favorecer el desarrollo de las habilidades personales y las competencias técnicas, de los nuevos perfiles profesionales que se demandan en el marco de la Industria 4.0.

El papel del sistema educativo continua siendo determinante para la sociedad en dos sentidos opuestos: en primer lugar en cuanto a las posibilidades futuras de acceso al mercado laboral y, en segundo lugar, en cuanto a facilitar el inicio de pautas y habilidades de los individuos.

De los saberes a las competencias

¿Que deberían enseñarnos en clase? Para responder esta pregunta habría que hacer otra: ¿cuáles son los problemas reales a los que todos nos enfrentamos cada día? ¿No sería mejor que nos enseñarán a gestionar todo esto desde los niveles más básicos?.

La sociedad del conocimiento implica cambiar básicamente la ecuación pasando de los saberes a las competencias. Esto solo es posible si tomamos conciencia, rediscutimos y redefinimos los ejes básicos que subyacen al actual modelo de educación.

Y es que las nuevas tecnologías conllevan nuevos retos a los que la sociedad del conocimiento debe hacer frente.

No es hasta que somos adultos y nos hemos equivocado mil veces, nos hemos frustrado, nos hemos sentido paralizados, que algunos empezamos a interesarnos por cómo cambiar y mejorar en todos esos aspectos y carencias. Empezamos a tomar consciencia y empezamos a elegir la educación que deseamos tener.

Sin embargo, otras personas, por desgracia, no llegan a ver ese camino y siguen en esa vida de lucha y frustración.

Creatividad e ideas en las aulas

Existen muchas áreas en las que podrían enseñarnos desde niños pero, que sin embargo, se suelen aprender yo por cuenta propia cuando somos mayores, hemos fallado y equivocado. O acaso no hemos escuchado «esto me lo ha enseñado la universidad de la vida», «esto lo he aprendido a palos», etc…

Algunos ejemplos de competencias que podemos desarrollar son:

  • Gestionar nuestro tiempo y ser más productivos.
  • Establecer objetivos a largo plazo y tomar decisiones.
  • Saber usar y gestionar nuestro dinero de forma inteligente.
  • Trabajar en equipo. Debatir y dialogar civilizadamente.
  • Buscar información y solucionar problemas de distintas formas.
  • Hablar en público.
  • Comunicarnos con los demás de manera asertiva.
  • Entender y gestionar nuestras emociones.
  • Alimentarnos de manera saludable para tener energía y vitalidad.
  • Cómo enfrentar los miedos.
  • Uso básicos de las tecnologías.

La educación mata nuestra creatividad y nuestro talento

La cosa parece menos grave de lo que es. Pero no nos llevemos a engaños. No solo no se nos dan las herramientas básicas para afrontar problemas cotidianos de la vida, sino que poco a poco nos van moldeando y quitando todo atisbo de genuinidad o creatividad. Cuando son estas las habilidades que más se valorarán en el nuevo paradigma de Industria 4.0.

Matar la creatividad
Y es que la sociedad industrial estigmatizaba los fallos. Fallar es lo peor que podemos hacer. Por lo tanto, muchos ni se arriesgan o prueban cosas nuevas, por miedo a fallar, a equivocarse y a no cumplir las expectativas que caen sobre ellos.

Desde pequeño nos obligan a esforzarnos en mejorar nuestras carencias en vez de potenciar nuestros talentos. Si somos buenos en biología y a duras penas logramos aprobar matemáticas, nos ponen clases particulares de matemáticas y no nos sacan al campo a estudiar el medio ambiente.

Nos educan para ser uno más, para no destacar en la masa, para ser mediocres. Para seguir el camino establecido y seguir participando de este sistema. Nos hacen creer que necesitamos hacer lo mismo que todos para ser felices. Que no podemos salirnos de la norma.

El siglo pasado estuvo caracterizado por la ciencia y la tecnología. La ciencia y tecnología irrumpieron en nuestra vida cotidiana, en los aparatos domésticos, medicamentos, telecomunicaciones, etc., y sin embargo no significó más ciencia y tecnología en la institución que prepara a las generaciones jóvenes para insertarse en la sociedad, o sea en la escuela.

Este hecho no fue grave mientras que el aparato productivo tampoco se basaba en la inclusión de los nuevos avances tecnológicos en la cadena de valor.

En los últimos años, con la aparición de la Industria 4.0, las empresas deben avanzar, crecer y resituarse en un mercado global.

Nos encontramos en un mercado mundial de trabajo, en el que la competitividad de los habitantes de un país depende no solo de la prosperidad de las compañías, sino de las tareas o funciones que lleven a cabo dentro de un mercado globalizado, o sea del valor que se pueda agregar a la economía mundial.

En la sociedad industrial los servicios rutinarios de producción eran la base de la línea de producción clásica. En la nueva sociedad del conocimiento los servicios importantes son los que realmente agregan valor y suponen alta calidad, originalidad, destreza y oportunidad.

La creatividad, el ingenio y el trabajo en equipo son, por lo general, aspectos críticos. Generalmente poco fomentados o cultivados en una sociedad que buscaba manos de obra poco cualificada.

 

Llegar lejos se consigue acompañado
Si quieres ir rápido camina, solo si quieres llegar lejos ve acompañado

Los trabajadores del futuro serán aquellos con capacidad analítica, aquellos que identifican y resuelven problemas. Para ello utilizan instrumentos de análisis variados como algoritmos matemáticos, argumentos legales, tácticas financieras, principios científicos, observaciones psicológicas acerca de cómo persuadir o entretener, métodos inductivos o deductivos, o cualquier otro tipo de técnica para resolver problemas.

En la nueva sociedad del conocimiento se las empresas buscan más valor agregado. Esto directamente proporcional a la cantidad y calidad de los puestos de trabajo cualificados y, casi en mayor medida, de las competencias generales que tiene la población. En otras palabras, por más que crezca la oferta de trabajo que requiera competencias de analista, si no existen en la población, no será posible satisfacer esa demanda.

El saber tecnológico

El saber tecnológico es el centro de la nueva cultura de la sociedad del conocimiento. No se trata solamente de tecnologías, se trata de una manera de pensar. El pensamiento tecnológico supone modos específicos de operar de la mente. Según Tishman, existen siete habilidades del pensamiento tecnológico:

  1.  La habilidad a ser amplio y aventurero. Ir más allá de lo obvio y hacia una concepción más rica de un tópico o hacia una serie más amplia de opiniones.
  2. La habilidad a tener capacidad de asombro, a la búsqueda de problemas y a la investigación. En la nueva sociedad del conocimiento se valora la capacidad de encontrar y definir enigmas, misterios e inseguridades; estimular la capacidad de inquisición.
  3. La habilidad a construir explicaciones y comprensiones. A través del uso activo del conocimiento la población es capaz de construir comprensiones profundas de tópicos, ideas, objetos y eventos.
  4. La habilidad a hacer planes y a ser estratégico. Es propósito de esta habilidad es establecer estándares y metas y perseguirlas estratégicamene.
  5. La habilidad a ser intelectualmente cuidadoso o hacer que el pensamiento se organice y enfoque en lo que es importante.
  6. La habilidad a buscar y evaluar razones. Explorando y evaluando las redes de razones que subyacen las creencias, las teorías y las acciones.
  7. La habilidad a ser metacognitivo. El propósito es ser conciente del propio pensamiento, desarrollar y aplicar estándares a su pensamiento, ser responsable del la gestión y de la evaluación del propio pensamiento.

Conclusiones

Nuestro sistema educativo está anclado en la sociedad industrial, no sirve para el mundo de hoy. El mundo cambia a ritmo acelerado pero los gobiernos, las grandes empresas, los que tienen el poder, se niegan a aceptar los cambios y quieren seguir en su monopolio.

Las instituciones de la era industrial quieren seguir controlándonos. Quieren que sigamos siendo mediocres e ignorantes. Quieren que sigamos participando de este sistema capitalista basado en el consumo irresponsable. Este sistema que nos hace cada vez más infelices y que además esta destrozando nuestro planeta.

Esto ya no es útil en el nuevo paradigma de Industria 4.0. La sociedad del conocimiento demanda profesionales creativos y capaces de pensar por ellos mismos. Y, hasta ahora, la única solución a esto es tomar las riendas, ser proactivo y asumir cada uno su responsabilidad, conformando la educación y formación propia.

La población debemos desarrollar nuevas habilidades, debemos ser capaces de ir más más allá de lo obvio, buscar otros puntos de vista. Debemos tener en en cuenta diferentes opciones, lo opuesto, lo contrario, cuestionar los supuestos; en general, ir más allá de los límites.

Debemos fomentar la curiosidad para identificar problemas, proponer preguntas y enigmas. Y de esta forma buscar lo que está escondido, lo que falta o no existe.

La Industria 4.0 demanda profesionales capaces de describir y clasificar los problemas. Conectar e integrar los motivos y posibles soluciones.

Los trabajadores deben ser organizados, capaces de identificar nuevas metas, establecer estándares, crear estrategias. La capacidad analítica es fundamental en la sociedad del conocimiento, prestar atención a los detalles importantes, crear listas, diagramas, ser meticuloso…

Y no sólo habilidades técnicas. Las personas también deberán ser críticos y capaces de describir el propio pensamiento, ser conscientes de sí mismo. Evaluar el pensamiento, ser autoevaluativo.

Debemos criticar nuestro propio pensamiento, identificar fortalezas y áreas de mejoramiento, aplicar estándares a los pensamientos y desarrollar criterios para pensar correctamente.

Resumiendo, nos encontramos antes un cambio de era que requiere también un cambio en la formación, habilidades y competencias de las personas. Empezando por el sistema educativo.

Fuentes

Web

Nos Educan Para Ser Mediocres

Educación en la era industrial

Artículos investigación

Naji, M. J. (2018). Industria 4.0, competencia digital y el nuevo Sistema de Formación Profesional para el empleo. Relaciones Laborales y Derecho del Empleo, 6(1).

Barrio, B. P. (2018). Calidad, equidad e indicadores en el sistema educativo español. Pulso. Revista de educación, (29), 43-58.

Aguerrondo, I. (2017). El nuevo paradigma de la educación para el siglo XXI.

Ramos-Alejandro, Y. (2018). Implicaciones de la infoxicación en los medios digitales.
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